¡Enhorabuena!
Ya casi nos hemos plantado en la línea de meta de la maratón. Puedes quitarte el yelmo vikingo – seguro que ya entiendes por qué es reglamentario en el polémico itinerario de los keto-dilemas. Las últimas propinas de nuestra odisea cetogénica serán mucho más sosegadas y plácidas que los ketómetros precedentes… al menos, en cuanto a controversias.